22.1.17

El ocaso de los toros

Como en muchos otros ámbitos, en las relaciones entre humanos y animales, luchan dos facciones contrarias. Estas dos facciones son los proteccionistas y los tradicionalistas. Aquellos defienden el bienestar animal y estos el mantenimiento de unas tradiciones en las que los animales sufren y mueren. El conflicto que escenifica mejor esta confrontación es el de la tauromaquia en Baleares. Hace ya muchos años que antitaurinos y protaurinos se vienen enfrentando en Mallorca y, por lo que observamos hay nulas posibilidades de entendimiento y diálogo, de modo que esta guerra abierta acabará con la victoria de uno de los dos bandos.  La aprobación de una propuesta no legislativa (PNL) por parte del Parlamento de Baleares en la que se insta, entre otras cosas, la prohibición de espectáculos taurinos en nuestra Comunidad Autónoma expresa el avance de la conciencia animalista.
¿Qué supone la aprobación de esa PNL por parte del Parlamento balear? Para algunos no supone mucho porque no es una ley, sino una mera declaración de intenciones. Pero, desde un punto de vista jurídico y social, tiene una serie de consecuencias muy importantes. Vamos a verlas.
1ª.- El Parlamento ha escuchado a la población. Esta PNL surge de las más de 150.000 firmas que la entidad Mallorca Sense Sang ha recogido. Son más de 150.000 voces que se alzan en contra del maltrato animal en los espectáculos taurinos. Y estas voces han sido escuchadas. Esto genera confianza en aquellos que trabajamos por los derechos de los animales. Si los promotores de la tauromaquia se pusieran a recoger firmas para proteger aún más la “fiesta nacional”, dudo mucho que consiguieran tantos miles de apoyos. Desde aquí les insto a que consulten a los ciudadanos, con mesas a pie de calle, sin el apoyo de las empresas que se lucran con estos festejos.
2ª.- El Parlamento se compromete a reformar la Ley 2/1991, de protección animal de la CA de Baleares e insta al Congreso de los Diputados a aprobar una ley de protección animal estatal en la que no se haga ninguna excepción, es decir, que no excluya de su ámbito las fiestas de los toros. Según el Reglamento de ambas cámaras de representantes, con esta petición se da otro paso, dentro de la legalidad, para cambiar las leyes. Es verdad que no es vinculante y que puede llegar a no producir ningún cambio. Pero también es verdad todo lo contrario. Vamos marchando hacia una nueva legislación en materia de protección animal que recoja, no solo el sentir de la sociedad, también los nuevos descubrimientos científicos en comportamiento y personalidad animal.
3ª.- Se ha institucionalizado un hecho histórico: las tradiciones taurinas han llegado a su fin. Nacieron hace algunos siglos. Se desarrollaron y fueron evolucionando. Y desde hace bastantes años, cada vez tienen menos raigambre social. Cierto es que cuesta concienciar que una tradición inveterada ya no responda al sentir de la gente. La violencia machista, por poner un ejemplo paralelo, es consecuencia de no concienciar que la tradición del hombre como dueño y señor de la mujer ya llegó a su fin. Todavía hay muchos varones que no han asumido que la mujer es un igual y no un subordinado. Como su mentalidad choca frontalmente con los nuevos valores sociales, se vuelven locos y acuden a la violencia. Las fiestas de los toros están llegando a su fin como tradición porque el pueblo cada vez es más contrario a divertirse derramando sangre de animales y no le encuentran sentido. En todo caso, tal vez podrían mantenerse las fiestas de los toros si se eliminase el maltrato. Es decir, en las que toro y torero escenificaran una lucha de resistencia y habilidad, de inteligencia y fuerza, que no finalizara con el sacrificio del bravo.
4ª.- La PNL de protección animal quiere resolver esta esquizofrenia moral y legal que nos hace considerar delito la muerte de un caballo a palos y fiesta de interés cultural dar muerte a un toro a estocadas. Por otro lado, también está en la línea más reciente de considerar a los animales como seres sintientes y no como meros objetos de diversión y compraventa. Dar muerte a un animal injustificadamente es un delito castigado por los artículos 337 y 337 bis del Código Penal. Por otro lado, hay leyes que protegen la muerte de los toros en las plazas. Pero estas leyes no son superiores al Código Penal que tiene la categoría de Ley Orgánica. Si surgiera algún conflicto en la aplicación de las leyes, habría que aplicar primero el CP, de modo que la muerte de un toro en una plaza sería considerado delito de maltrato animal, penado con pena de prisión de hasta 18 meses. Esto hay que dejarlo claro. Las leyes que protegen la tauromaquia son contrarias al Código Penal español y a la legislación europea de protección animal y se hace necesaria una reforma legal para acabar con estas contradicciones. La propuesta aprobada por el Parlamento tiene también esta intención.
5ª.- Es coherente con la necesidad de erradicar la violencia y el derramamiento de sangre de nuestras sociedades. En las últimas décadas la violencia en el mundo ha aumentado. Y lo más preocupante, ha aumentado la violencia gratuita, bestial e inhumana. No se puede mantener ni subvencionar ni proteger un espectáculo consistente en dar muerte a un animal para divertimento del público, por muy respetable que sea éste. Tenemos que luchar contra esta inclinación de causar mal a otros. Y si para ello tenemos que depurar nuestras tradiciones, hagámoslo.
Por todas estas razones, la PNL de protección animal que insta a prohibir los espectáculos taurinos en todo el estado español, es una iniciativa popular que revista una gran importancia y tendrá una gran trascendencia. Recordemos que en el año 2008, el Parlament de les Illes Balears fue el primero en el mundo en adherirse a la declaración de protección de los grandes simios. Ahora promueve dar un paso más en la protección animal. Desde Baleares estamos cambiando el mundo para que sea un lugar más amable para todos los seres vivos. Vaya mi felicitación a todos aquellos que lo hacen posible.

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